Pensamiento del martes 4 de abril de 2017.
"Tarde o temprano, llega un momento en el que los humanos hacen balance de su vida. Y entonces, si son honestos, con frecuencia se ven obligados a reconocer que frecuentemente han malgastado sus fuerzas, su salud y su belleza en actividades que no merecían tanto la pena. Está claro que han obtenido algunas pequeñas ventajas; pero si deben colocar todo esto en la balanza divina, se darán cuenta de que lo poco que han ganado no compensa las riquezas que han perdido.
Desgraciadamente, este es un tipo de cálculo que los hombres y las mujeres frecuentemente hacen demasiado tarde. Cuando quieren obtener dinero, poder, gloria, o incluso conocimiento, nunca colocan en el otro plato de la balanza las pérdidas que estas adquisiciones les supondrán. E incluso si están orgullosos de haber conseguido su objetivo, algunos años después les vemos exhaustos, enfermos psíquica y físicamente, incapaces de comer, de dormir y de alegrarse. En ese momento se dan cuenta que aquello que han ganado no merecía toda esta pena, y se dicen: «¡Si lo hubiera sabido…!» Pero es demasiado tarde; ¡es necesario reflexionar antes!"
"Tarde o temprano, llega un momento en el que los humanos hacen balance de su vida. Y entonces, si son honestos, con frecuencia se ven obligados a reconocer que frecuentemente han malgastado sus fuerzas, su salud y su belleza en actividades que no merecían tanto la pena. Está claro que han obtenido algunas pequeñas ventajas; pero si deben colocar todo esto en la balanza divina, se darán cuenta de que lo poco que han ganado no compensa las riquezas que han perdido.
Desgraciadamente, este es un tipo de cálculo que los hombres y las mujeres frecuentemente hacen demasiado tarde. Cuando quieren obtener dinero, poder, gloria, o incluso conocimiento, nunca colocan en el otro plato de la balanza las pérdidas que estas adquisiciones les supondrán. E incluso si están orgullosos de haber conseguido su objetivo, algunos años después les vemos exhaustos, enfermos psíquica y físicamente, incapaces de comer, de dormir y de alegrarse. En ese momento se dan cuenta que aquello que han ganado no merecía toda esta pena, y se dicen: «¡Si lo hubiera sabido…!» Pero es demasiado tarde; ¡es necesario reflexionar antes!"