Pensamiento del miércoles 5 de abril de 2017.
"Cada uno de nuestros estados psíquicos produce efectos en el mundo invisible y por lo tanto va a afectar a las otras criaturas. Incluso si la mayoría de los humanos no son conscientes de ello, eso no cambia nada: tarde o temprano se verán obligados a constatar los daños producidos por todos sus desordenes interiores. Cuando lleguen al otro mundo, las entidades celestiales les dirán: «Mira, por culpa tuya se ha cometido tal crimen, se ha producido tal accidente.» Por mucho que protesten de que nunca hicieron este mal, que nunca robaron, ni destruyeron, ni mataron, se les responderá: «Si, quizá, pero tus malos pensamientos y tus malos sentimientos han creado en el invisible corrientes negativas que han influenciado a otras personas, y por culpa tuya, han sido empujadas a comportarse mal».
Frente a la Justicia divina, no sólo somos responsables de nuestros actos. Cada uno es igualmente responsable de sus pensamientos, de sus sentimientos y de sus deseos, porque actúan en el mundo invisible como fuerzas que arrastran a otros seres hacia el bien o hacia el mal."
"Cada uno de nuestros estados psíquicos produce efectos en el mundo invisible y por lo tanto va a afectar a las otras criaturas. Incluso si la mayoría de los humanos no son conscientes de ello, eso no cambia nada: tarde o temprano se verán obligados a constatar los daños producidos por todos sus desordenes interiores. Cuando lleguen al otro mundo, las entidades celestiales les dirán: «Mira, por culpa tuya se ha cometido tal crimen, se ha producido tal accidente.» Por mucho que protesten de que nunca hicieron este mal, que nunca robaron, ni destruyeron, ni mataron, se les responderá: «Si, quizá, pero tus malos pensamientos y tus malos sentimientos han creado en el invisible corrientes negativas que han influenciado a otras personas, y por culpa tuya, han sido empujadas a comportarse mal».
Frente a la Justicia divina, no sólo somos responsables de nuestros actos. Cada uno es igualmente responsable de sus pensamientos, de sus sentimientos y de sus deseos, porque actúan en el mundo invisible como fuerzas que arrastran a otros seres hacia el bien o hacia el mal."